Aportes para la construcción de una historiografía

En Chile, Manuel Peña Muñoz,es uno de los grandes investigadores de la historia del libro infantil y juvenil. Su obra "Historia de la literatura infantil chilena" presenta un acabado panorama de la producción local desde el año 1821 hasta 1981 y será la fuente  de nuestro debate.

Te invitamos a leer el texto de Manuel Peña Muñoz. Puedes descargarlo en http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3453.htm

Luego de lectura participa del foro enviando tu respuesta a la siguiente consulta:

¿Cuál es la representación de infancia que reflejan ambas literaturas a lo largo de sus historias?
¿Son imparciales frente a sus contextos historicos/politicos/sociales?  
¿Son innovadoramente revolucionarias?

Gracias por tus aportes!

Equipo Lij Alemana

Intenté descargar el texto de Manuel Peña Muñoz desde el enlace indicado, pero aparece la leyenda "La página solicitada no está disponible".

Buenas noches

Intenté yo también buscar el documento pero no se encuentre. También estuve revisando la pagina con el buscador y no tuve suerte.

Esperamos que ya luego lo podamos bajar. Quizas enviarlo a los correos?

Hasta pronto

Paola

Hola, yo pude entrar en este link

http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0011016.pdf

saludos

Nina

Podría el equipo LIJ Alemana enviar el texto por correo electrónico o confirmar del enlace compartido por Nina, que consiste en la obra completa, qué selección debemos leer?

Muchas gracias Nina

Hasta pronto

Paola

Estimadas

La descarga de Memoria Chilena era la que teníamos pautada para compartir, pero por razones que desconocemos, ahora no es posible su acceso.

En la web de IBBY Chile encuentran el mismo texto de Manuel Peña bajo una nueva edición corregida (2009).
Este es el enlace
http://www.ibbychile.cl/joomla16/index.php/historia-de-la-literatura-infantil-en-chile

Por favor, nos avisan cualquier inconveniente

Saludos

Equipo Lij Alemana

El foro permanecerá abierto a sus aportes hasta el día lunes 27/1

Gracias

Equipo Lij Alemana

RE: Aportes para la construcción de una historiografía

Es breve el espacio como para abordar, con la profundidad debida, la representación de la infancia que reflejan ambas literaturas. Sin embargo, es posible dar cuenta de ciertas cercanías, en especial en torno a la presencia de dos construcciones de infancia que se entremezclan:

a)Infancia moderna clásica (siglos XVI-XVII): marcada por un pensamiento moral-religioso y por el didactismo impulsado por Comenius y Locke. Configuró un modelo de la infancia sustentado en dos parámetros: su intrínseca maleabilidad (niño como objeto modelable) y su necesidad, en función de lograr su adecuada formación como individuo, de un régimen educativo sistemático (niño como objeto de obediencia). No hay distinción entre infancia y adultez.

b)Infancia moderna liberal (siglo XVIII): marcada por el pensamiento laico, por el positivismo y por las concepciones románticas respecto de la conformación de los nacionalismos. Se configuró un modelo de infancia basado en dos ideales: inocencia y libertad. El infante debe ser autónomo, independiente, proactivo, con capacidad de elegir, desarrollando tanto la voluntad como la autodisciplina. Gracias a Rousseau, se diferencia el niño del adulto.

* Sugiero la revisión de este artículo:
Marín Díaz, Dora Lilia. “Notas para pensar la constitución de un campo discursivo” en Políticas Públicas para la Infancia. 2011, 57-76. www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/politicaspublicas.pdf

Si bien en los orígenes y buena parte del desarrollo de la LIJ alemana (tal como sostiene el autor del capítulo enviado) proliferaron textos más bien formativos, es a partir de la Segunda Guerra Mundial que la finalidad pedagógica comienza a ceder frente a la impronta estética. En España, por ejemplo, esta LIJ moralizante y fuertemente vinculada a lo pedagógico se dio hasta pocos años después del término de la dictadura de Franco (de acuerdo a autores como Juan Cervera y Teresa Colomer). En Chile, el didactismo duró mucho más. A pesar de textos como Papelucho (serie de doce novelas escritas por Marcela Paz entre 1947 y 1974), cuya gran innovación es que subvierte los cánones establecidos, recién desde la década del 90 es posible distinguir literatura infantil sin corte moralizante y/o de índole formativa.

* Respecto de Papelucho, quisiera hacer un alcance. Las novelas que circulan actualmente han sido modificadas, es decir, no corresponden a sus primeras ediciones. De hecho, se ha quitado todo lo descriptivo-narrativo en pos de lo dialógico. Incluso se han modificado palabras y sacado ciertos segmentos. Esto, que resultaría imposible dentro de la “literatura para adultos”, sí es permitido en la literatura para niños(as). La subversión es evidente en las primeras ediciones y, solo en cierta medida, en las ediciones que actualmente circulan en el país.

Destaco el aporte historiográfico realizado por Manuel Peña Muñoz quien, a través de variadas publicaciones, ha realizado un catálogo de obras y autores indispensable para iniciar los estudios sobre la literatura infantil chilena. No obstante, el objetivo de sus textos no es problematizar ni abordar los contextos históricos, políticos, culturales y sociales en que se escribe y lee nuestra LIJ. Por ejemplo, es evidente que existe una relación entre la permanencia del didactismo y la dictadura militar. Por su parte, es interesante el hecho de que buena parte de nuestra literatura infantil del siglo pasado estuviera en manos de mujeres, madres y maestras (las tres M, como dice una colega). Finalmente, es necesario investigar, en profundidad, tanto las representaciones de los ñinos(as) de nuestros pueblos originarios como la construcción de la infancia sometida al silencio y la obediencia bajo un régimen dictatorial (estudios que ya se están realizando y que, prontamente, se podrán compartir).

Falta por analizar si, realmente, son innovadoras estas nuevas representaciones de infancia. Si se mantiene la impronta didáctica y religiosa cristiana o si se está conformando una imagen de la infancia acorde a las complejidades que la caracterizan como construcción vital de sujetos cívicos y conscientes del devenir de su país. Ese es el trabajo de los nuevos investigadores del área en Chile. En eso estamos…

Claudia, qué interesante tu aporte! Me dieron ganas de leer el material!! Gracias

1- Coincido con la compañera de que el tema sobre las representaciones de la infancia tanto en la Literatura Infantil Alemana como Chilena da para un análisis deliberativo bastante extenso.
Sin embargo, a los fines de dar respuesta a la consigna planteada, considero que ambas literaturas fueron dando cuenta de distintas visiones sobre el niño y el adolescente de acuerdo a los contextos históricos propios.
Creo que como punto de encuentro es visible un MENSAJE DIDACTICO - MORALIZANTE, con una fuerte impronta de la religiosidad y a la vez de una concepción formadora. Si bien en Europa, durante los Siglos XII - XIII y XIV no había una eperanza de vida consolidada respecto a los infantes, estos pasaban a integrarse al mundo adulto, sin mayores diferenciaciones. Las obras literarias de la época lo demuestran. Fueron quizás adoptadas por niños y adolescentes, pero no creadas especifícamente para ellos. En ellas era claro el mensaje formativo hacia los valores establecidos y aceptados por la sociedad de la época.
Con el advenimiento de la modernidad y el cambio de paradigma que llevó de una sociedad teocéntrica a una antropocéntrica, la literatura destinada a los niños y jóvenes pasó a desempeñar con mayor claridad un rol ESTETICO. Destinada al disfrute y el placer.
En lo que respecta a los géneros, veo que ambas literaturas, Alemana y Chilena respectivamente, fueron desarrollando diversidades. Del relato mítico y tradicional a las aventuras de viajes.  La recuperación de relatos orales ( Hermanos Grimm) De la fantástica más pura ( La Historia Interminable) al relato realista que destaca la vida de niños humildes e inmersos en contextos de dificultad social ( La composición).
Se crearon obras dentro de la narativa como también de la lírica y el teatro. Como señala Peña, Pablo Neruda y Gabriela Mistral tuvieron interesentes aportes al campo de la LIJ.
Por otra parte la ilustración fue otro punto de vital importancia en ambas literaturas. La imagen que ganando espacios y consolidándose fue incluso la responsable de ampliar la franja de lectores incorporando a los más pequeños al apasionante mundo de la lectura, mucho antes de la alfabetización.
Por último quisiera destacar el valioso aporte de las revistas infantiles, en especial en Latinoamérica. Vehículo de historias y textos varios, fueron para muchas generaciones un instrumento lector de gran importancia, incluso en ámbitos donde el libro no era un objeto de uso corriente fuera del espacio escolar.

2- Respecto al segundo punto, considero que ninguna manifestación cultural puede ser ajena al contexto histórico en el que se produce. Como indica Gemma Luhch, no es posible abordar una obra literaria desprendida de las condiciones de producción y de recepción respectivas.
Incluso dentro del ámbito de las Literaturas Comparadas, Guillén indica que si bien se pueden establecer relaciones tematológicas, genealógicas o imagológicas entre obras distantes en tiempo y espacio, es imprescindible contextualizarlas para abarcar su potencialidad. Creo que las obras literarias alemanas de postguerra como las chilenas de postdictadura, serían claros ejemplos de una contextualización histórica, política y social más que palpable.
3- En lo que respecta a su poder innovador, no se si realmente revolucionaron el mundo de las letras, pero lo que si puedo afirmar es que le dieron un lugar importante al niño en su doble esfera: protagonista y receptor. Le dieron voz, espacio y representatividad. Y ya con ello, de un lado y del otro del oceáno, se fue marcando una camino amplio y claro que áun hoy transitamos con admiración descubriendo nuevas obras y maravillandónos como ayer y ojalá que por mucho tiempo más.

Lic. María Gabriela Sánchez.

Ninalejas escribió:Claudia, qué interesante tu aporte! Me dieron ganas de leer el material!! Gracias

De hecho, sugeriría la revisión de otros artículos del libro:

Larraín, Soledad. “De Objeto de Protección a Sujeto de Derecho”. Políticas Públicas para la Infancia. Santiago: Gráfica Lom/Unesco, 2011, 93-98.
Franch, Carolina. “La infancia. Una lectura desde la perspectiva del género”. Políticas Públicas para la Infancia. Santiago: Gráfica Lom/Unesco, 2011, 123-137.

Considero que tanto la LIJ chilena como la alemana acompañan el desarrollo general de la LIJ, resultando inseparables de sus contextos históricos, políticos y sociales, así como de la representación de la infancia dominante en cada momento y, en este marco, es posible afirmar que las auténticas innovaciones en el campo de la LIJ hallan sitio sólo ya avanzado el siglo XX.

Tal como afirma Graciela Montes en su destacada obra "El corral de la infancia", toda relación de los adultos con la literatura infantil se vincula a nuestra imagen de la infancia como producto socio-histórico, con el consecuente enriquecimiento o acorralamiento de dicha literatura.  La noción de infancia surge tardíamente, hacia el siglo XVIII, conformándose como una idea de pureza que hace necesaria la intervención de los adultos para proteger a los niños de cualquier peligro;  recién durante el siglo XX comenzamos a encontrar  una deconstrucción de esta representación, superando la visión de la moral, de la pedagogía, de las ideologías imperantes, y revalorizando especialmente el papel de la fantasía, con lo cual  la preponderancia de lo didáctico y moralizante cede eventualmente su lugar al nuevo paradigma lúdico-estético, concibiéndose de una forma diferente la relación entre el libro y el niño, alejándose de los fines extraliterarios y centrándose en el goce del lector.

Rescato la importancia, como mediadores, de no ignorar la representación de infancia implícita en cada obra literaria, prestando especial atención al goce del lector en la selección de textos y en las propuestas de lectura, con el fin de alejarnos del tutelaje pedagógico y de la elección según criterios ajenos al literario, es decir, tener presentes las representaciones de la niñez -y también de la adolescencia y juventud- para desapegarnos de ellas, y centrarnos en la construcción de caminos o recorridos literarios que propicien la apertura a lo imaginario, el desarrollo del comportamiento lector, la pasión por la literatura.  Y para ello resulta fundamental el diseño de estrategias de acercamiento a la literatura que aporten textos desafiantes, abiertos, ambiguos, que ofrezcan pluralidad de significados y de lecturas, poniendo en jaque las experiencias previas de lectura, y favoreciendo un posicionamiento activo y creativo por parte del lector, sin encerrarlo en ningún tipo de casilleros, haciendo siempre foco en el goce literario.

1) Considero que es interesante destacar que tanto la lij alemana como la chilena han (en algún momento de su historia) buscado su identidad. Lo que llama la atención y claro que esto tiene que ver con sus historias, es que la Alemana "nace" en la búsqueda de su folklore y la chilena se revela con “v” y con “b” en esa búsqueda. En este sentido considero, asimismo, que la representaciones sobre la infancia son diversas en cada contexto y que se vinculan con este búsqueda. Me ha parecido muy interesante lo que Peña Muñoz comenta acerca de los niñxs araucanos y del vínculo con sus padres.
2) No podrían ser imparciales frente a los contextos históricos. Esto se evidencia en la idea de que cuanto más dictatorial es el sistema mayor didactismo se encuentra en las obras. Asimismo es una marca muy fuerte el suceso de las guerras mundiales donde nos decolocan como seres humanos y trastocan nuestras ideas, por ejemplo, sobre qué es la infancia. Pese a esto, me resulta muy fuerte la idea del libro como objeto político usado para tal o cual fin.
3) Las ideas que se tienen sobre la infancia son revolucionarias dado que rompen con lo establecido anteriormente.

Aquí en Argentina cuesta muchísimo desandar esta idea de que la literatura sirve para algo. Graciela Montes ha dado una bellísima respuesta al respecto. En general, se piensan para ayudar a los niñxs a comer, a dormir solos, a no tener miedo. Pero van apareciendo obras que desmitifican estas ideas, que nos hablan de otros niñxs, con otras inquietudes. Creer que los libros sirven para darles hábitos a lxs niñxs es tener una imagen bastante pobre sobre ellxs.